Un arroyo de vida,
Surge entre las montañas,
Viendo en su resurgir,
De entre las mañanas.

Un arroyo que nace,
Brillando el porvenir,
De un nuevo amanecer,
De un nuevo resurgir.

Un arroyo se extiende,
En toda nuestra vida,
Que hoy nos ofrece,
Una decisión prohibida.

Un arroyo que surca,
Todos nuestros caminos,
Hacia la meta dada,
Hacia nuestro destino.

Un arroyo que forma,
La naturaleza misma,
Que nos imprime,
En nuestra vista.

Un arroyo de ideas,
De súbitos caminos,
Entre lo más sano,
Y lo más maligno.

Un arroyo de pensamientos,
Que oculta en este momento,
De aquello que se recuerda,
Y que nos despierta.

Es un arroyo que brilla,
En nuestra querida mente,
Considerándolo maravilla,
De nuestra naturaleza existente.

Ese es nuestro claro arroyo,
El que nos hace pensar,
El que nos hace recordar,
Que no existimos como otros.

Ése es nuestro arroyo,
Por el cual vivimos.
Nuestro pensamiento mismo.

De Jesús Omar.